UN ESTUDIO EXPERIMENTAL DE LA CONDUCTA DE COOPERACIÓN EN UNA SITUACIÓN NATURAL

JUAN BOTELLA 1, ÓSCAR GARCÍA LEAL 2, LAURA MORENO1, PEI-CHUN SHIH1 AND JOSÉ SANTACREU 1

1 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID

2 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

Abstract

During the last several decades research in social behavior has allowed to differentiate at least two different types of interactions: cooperation and competition. Specifically, several attempts have been made to predict and explain cooperative behavior. Typically, it has been studied using artificial situations (e.g. Azrin & Lindsley, 1956; Cohen & Lindsley, 1964; Lindsley, 1966; Mithaug & Burgess, 1967, 1968; Schmitt, 1987; Schmitt & Marwell, 1968; Shimoff & Matthews, 1975), being the most typical matrix games like the Prisoner’s Dilemma, but recent studies have incorporated more naturalistic situations. Following the research initiated by Ribes-Iñesta (Ribes-Iñesta, 2001; Ribes-Iñesta & Rangel, 2002) we show how a computerized puzzle-solving task can be used to improve our knowledge of dyadic interactions, as minimal settings representative of social behavior. In three studies, the candidates for a job position could cooperate or not cooperate with another candidate by helping with the other’s puzzles. Results show that the behaviors could be classified in three groups: non-cooperation, graded cooperation, and systematic cooperation. These behavioral tendencies were highly consistent throughout the task and reasonably stable after a one-year interval. Their distribution is not independent of gender; females show a higher frequency of non-cooperative behavior than of systematic cooperation, whereas males show the reverse.These results are in accordance with recent reports in the literature (e.g. Kurzban & Houser, 2001). As previous studies, we demonstrate that the tendency to cooperate is influenced by the cooperative tendency of the others.

Key words: social behavior, cooperation, dyadic interaction, prisoner’s dilemma

Resumen

La investigación realizada en el ámbito del estudio de la conducta social ha permitido diferenciar, cuando menos, dos tipos diferentes de interacción, a saber, conducta cooperativa vs. competitiva. Más específicamente, un buen número de estudios se han centrado en el estudio de los factores que permiten predecir y explicar la conducta de cooperación. Habitualmente estos estudios se han servido del uso de situaciones de experimentación artificiales (e.g. Azrin & Lindsey, 1956; Cohen & Lindsey, 1964; Lindsey, 1966; Mithaug & Burgess, 1967, 1968; Schmitt, 1987; Schmitt & Marwell, 1968; Shimoff & Matthews, 1975), como por ejemplo el dilema del prisionero. Sin embargo, estudios más recientes han hecho uso de situaciones con mayor validez ecológica. A partir de lo estudios descritos por Ribes-Iñesta (Ribes-Iñesta, 2001; Ribes-Iñesta & Rangel, 2002), se desarrolló una tarea por computadora (rompecabezas) para el estudio de interacciones sociales diádicas. Se presentan tres estudios en los que una muestra de candidatos a un puesto de trabajo podían elegir entre cooperar o no hacerlo con su compañero en la tarea de resolución del rompecabezas. Los resultados muestran que es posible clasificar a los participantes en tres grupos: no cooperadores, cooperadores graduales y cooperadores sistemáticos. Estos patrones de interacción fueron altamente consistentes durante la tarea y razonablemente estables tras un año de evaluación. Sin embargo, se observó un efecto del sexo de los participantes, de tal suerte que las mujeres mostraron una mayor frecuencia de patrones de no cooperación que de cooperación sistemática, de manera opuesta a la tendencia que se observó en los varones. Estos resultados son coherentes con resultados recientes (e.g. Kurzban & Houser, 2001). Asimismo, de manera coincidente con otros trabajos, se observa que la tendencia a cooperar de los participantes se ve modulada por la tendencia a cooperarar de sus compañeros.

Palabras clave: conducta social, cooperación, interacción diádica, dilema del prisionero.